No la conocía, y era extraño porque escucho canciones de Brotes asiduamente, pero esta se me pasó por alto. La conocí preparando los cantos y antífonas que usaríamos durante el Camino... y me enganchó de tal manera que no pasa un día sin que la escuche unas cuantas veces... manías que tiene uno...
La letra es breve, pero intensa y repetitiva... hasta que se clava en tu conciencia y te hace sentir el mensaje retumbar en tu corazón.
Confío en Ti, de Ti me fie,
no andaré tus pasos si no es desde la fe.
Justo he de vivir si en Ti confié.
Dame Dios, tu Espíritu, dame Tú la fe.
Habla de dejarse querer, de dejarse guiar por el maravilloso don de la Fe, por la sabia mano del Espíritu. Y muchas de las experiencias y reflexiones vividas y compartidas con los jóvenes en el camino iban en esa dirección... Por eso comparto con la canción esta foto... las conchas - flechas amarillas que han ido guiando nuestro peregrinar hacia Santiago.
A la mayoría de ellas, como a la de la foto, les faltaba la indicación de los kilómetros restantes... pero aún asi, de no ser por ellas algunos podríamos haber aparecido, que se yo... en Azerbayán, por ejemplo... Tanto es así que la única etapa que no las tuvimos... fue la que más grupos se perdieron en hermosas y largas excursiones entre vacas.
Dejando las anécdotas, vuelvo a la reflexión... y te traslado la pregunta que nos hacíamos en los grupos de camino... ¿en quién confías? ¿quiénes son tus "flechas amarillas"? Y casi sin tiempo para qaue pienses, paso la pelota a tu tejado... ¿Y tú? ¿eres "flecha amarilla" para alguien? ¿eres de fiar?
Espero y deseo que si, y puedas sentir lo que el azulejo inerte de cada hito del camino no puede hacer... sentir la emoción de saberte querido, necesario, útil. De saber que tu vida, tu experiencia, tus palabras tus consejos y hasta tus gestos, guian el camino de quien en tí confía.
Gracias por todas y cada una de las flechas amarillas de mi vida. Gracias por el Don de la Fe.
Emociónate con el vídeo...
