Frase del día...

No permitido

2 nov 2011

A tientas...


Hoy es un día de hitos... por primera vez publico una foto-canción desde el extranjero... Me encuentro en un pequeño santuario situado en una colina cerca de Izeaux y Beaucroissant... en los pre-Alpes Franceses...
Un sitio precioso y muy especial para mi... en el que he compartido risas, experiencias, fotos, canciones y oraciones con mi CEL...

La foto me ha costado mucho decidirla... de hecho, no me he atrevido a contar las fotos que he podido hacer en dos horas de paseo después de comer...alguna más compartiré en este blog... ya las veréis...

Esta tarde de otoño me ha traido una canción que me recuerda los otoños de nuestras vidas... como vamos pasando otoños, en los que volvemos a la calma tras los veranos cargados de sensaciones y de experiencias. Los otoños vienen a ser como ese pequeño descanso que tras una fuerte pendiente agradecen mis piernas... aún sabiendo que tras ese aparante descanso, se avecina un invierno duro, frío y humedo que si que se hará cuesta arriba...

La canción de Duncan Dhu que me ha traido estos recuerdos, se fija más en los otoños de los amores... en la soledad forzosa del destierro... cuando se camina por la vida a tientas...

Lo que me gusta de la foto es que, además de esos cientos de hojas cayendo de los árboles que vuelan irremediablemente hacia el sulo, sin saber donde van a caer, al fondo, a lo lejos, siempre está la luz, siempre hay salida. Unas veces más lejana, otras veces al alcance de la mano... unas veces efímera y otras duradera... pero lo importante es caminar... confiar y dejarse amar...

Te regalo la letra de esta preciosidad de canción y su vídeo correspondiente... Como dicen los franceses... "au revoir" y "bon soir"... Adiós y buenas noches...

Pienso en otoños que ya fueron,
pienso en inviernos que volvieron.
Sin ti no es igual.

Busqué en tus ojos mi destierro,

sigo tus pasos, voy a tientas.
Di a dónde van.

Y quise llorar
por ti y por mí
un día más.

La luna esconde su mirada y yo,

yo quiero conquistarla y, ya ves,
todo sigue igual.

Un llanto lento, un llanto amargo,

un llanto, al fin, desesperado, y yo,
yo aún no sé llorar.

Y quise soñar
¡oh!, por ti y por mí
un día más.

Y no me asusta gritar

tu nombre en la oscuridad
en este exilio que
me has obligado a compartir.

···


Es como un filo de navaja

este camino que ahora sigo.
Amor, no volveré.

Y quise llorar
¡oh!, por ti y por mí
un día más. 

 

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