Frase del día...

No permitido

14 dic 2010

Canción de Navidad...

Por eso canto a quién no escucha...
Espero que nadie se ofenda... pero me ha sido imposible resistirme... Incluso reconozco que esta canción tenía otra foto (algo más idílica, más artística...) y que pensaba publicarla la semana que viene... pero ha sido volver a escucharla y entrarme unas irrefrenables ganas de soltarla...
Por si alguien no la conoce, recomiendo encarecidamente que te pongas el vídeo y mientras suena, acabes de leer mis breves palabras y releas la letra del genial Silvio Rodriguez (no voy ni a decirte quien es... si eres de los desgraciados que no saben de él... ya tardas en buscar algunas de sus perlas...

Voy a la canción, y cuando acabe de repasarla, comprenderás el porqué de este precioso y original "Belén de huevos".

Confieso que esto de las "Fiestas Navideñas" no es de las cosas que más me apasionan en la vida... es de las cosas que me hacen sentir mal... celebramos mil y una fiestas con derroches e incluso desmadres para celebrar el nacimiento de una al que ni conocemos, ni por supuesto hemos invitado a la fiesta... Por eso he elegido esta foto y no la artística... porque para mi, la Navidad se ha vuelto algo frágil como las cáscaras de huevo... y se nos olvida que dentro de esa cáscara... hay una sabrosa yema a la que nos da miedo mojar en pan (¿es que hay algo más rico que una yema de huevo mojá en pan?... perdón por la broma...).

Ese centro sabroso de la Navidad es el mismo Jesús de Nazaret, al que incomprensiblemente apartamos para (como dice Silvio) "Festejar nuestros millones o la camisita limpia" aunque en el fondo, la mayoría "no sabe qué es brindar..."

Disfruta... y FELIZ NAVIDAD...

El fin de año huele a compras,
enhorabuenas y postales
con votos de renovación.
Y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.

La gente luce estar de acuerdo,

maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.
Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego
que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.

Tener no es signo de malvado

y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud.
Pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.

Por eso canto a quien no escucha,

a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó,
al que en su cotidiana lucha
me da razones para amarle,
a aquel que nadie le cantó.

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